martes, 2 de noviembre de 2010

Golpes en Honduras y Ecuador

El intento de golpe de Estado en Ecuador a puesto nuevamente en evidencia a los burócratas sindicales y a los políticos patronales. ¿Alguien vió a la CGT y a la CTA llamando a parar y movilizar contra el golpe de Estado en Honduras o ahora en Ecuador? La misma pregunta habría que hacerse para los sindicatos y centrales obreras en Ecuador. Mucho menos esperemos que estos burócratas sindicales hagan un llamado a los pueblos hondureño y ecuatoriano a armarse y crear milicias obreras y populares para frenar el golpe. De la misma forma los políticos patronales latinoamericanos se han esmerado en solidarizarse con el gobierno de Correa pero nadie llamó a la rebelión popular contra el golpe. Ni el venezolano Hugo Cháves, que llamó a movilizarse pero para que las masas se movilicen con las manos vacías, y a la merced de la represión.

Ayer, en Argentina con Perón en 1955, en Chile con Allende en 1973, en Honduras con Zelaya en el 2009, y hoy en Ecuador con Correa, siempre es lo mismo: los políticos patronales prefieren hasta morir en el gobierno antes de llamar al armamento de la población para enfrentar los golpes militares. ¿Por qué? Porque estos políticos “democráticos” son también representantes de las patronales, y les tienen más temor a las masas armadas -porque le tienen más miedo a una revolución social- que a los golpes militares. En última instancia siempre son los verdaderos socialistas revolucionarios los que más consecuentes defensores somos de la democracia burguesa contra los fascistas o las dictaduras militares semi-fascistas. No porque seamos partidarios de la engañosa democracia burguesa, sino porque defendemos las garantías civiles para que el pueblo y la clase trabajadora pueda expresarse y luchar.

MEDIOS DE INFORMACIÓN

Es más que evidente que el gobierno, el kirchnerismo, busca crear su propio grupo de medios de información, ya tiene una veintena de radios y cuatro canales de cable, un canal de aire y tres o cuatro diarios. Pero supongamos que en realidad la lucha que da el gobierno contra el Grupo Clarín es una lucha, no son por los medios y la ganancia del mercado de la información (esencial para cualquier proyecto político burgués), sino realmente se trata de una lucha contra el monopólio de la información por algunos empresarios. Pero es difícil suponer que los kirchneristas crean que esa ley que aprobaron sirva para combatir la monopolización de los grupos empresarios sobre la información. ¿Qué ley le puede impedir al Grupo Clarín despedir a un directivo y darle 30 o 50 millones de dólares para que cree su propio multimedio? Y al mismo tiempo ¿qué ley le puede impedir al Grupo Clarín brindarle, a muy bajo costo, soporte técnico a ese nuevo grupo? Ninguna ley, porque nadie les puede decir nada a los empresarios -ni a cualquier persona- si quieren “regalar” dinero a alguien o no, o a cuánto debe venderles el soporte técnico, del cual el Grupo Clarín es el más conocedor en el rubro. De esa forma el Grupo Clarín estará obligado por ley a no superar un 25 o 30 por ciento del mercado de la información, pero puede crear varias empresas jurídicamente independientes y en menos de diez años dominar un 10 o un 15 por ciento más.

Todo esto lo saben los dirigentes políticos peronistas-kirchneristas, pero esa pelea con el Grupo Clarín y los jueces, les da tiempo al gobierno, justificación y popularidad, para seguir usando de forma arbitraria la pauta publicitaria del Estado, cediéndoles así cientos de millones de pesos a sus empresarios amigos de la comunicación. Y en vano esperemos encontrar en estos medios afines al gobierno, como en Canal 7, informaciones favorables a los trabajadores del Casino, Massuh, Krafk, Paraná Metal, de los docentes, estatales y mucho menos de la explotación en las empresas tercerizadas del ferrocarril.

Esto demuestra que la nueva ley de medios impulsada por el gobierno no sirve, ni para que se escuchen todas las voces y las verdades favorables a la clase trabajadora, ni para enfrentar la monopolización de los medios de información por los grupos empresarios. Porque en realidad es la propiedad privada, todas las leyes que la defienden y resguardan, la que hay que suprimir para eso, socializando todos los medios poniéndolos bajo el control de sus trabajadores y la sociedad. Nunca la oposición burguesa del PJ disidente, la UCR o el ARI, que representan a sectores patronales, va a decir esto, preferirán, como incluso el “izquierdista” Pino Solanas, estar al amparo del Grupo Clarín o La Nación.

Represión y nueva situación

El asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra, y las graves lesiones a Elsa Rodríguez que apoyaban la lucha de los trabajadores ferroviarios tercerizados, por parte de las patotas sindicales de la Unión Ferroviaria asociadas a barras bravas de fútbol, está enmarcado en la política del gobierno de tercerización del trabajo en ferroviarios que se profundizó desde el 2007, en los vínculos creados por el kirchnerismo con las barras a través de Hinchadas Unidas Argentinas y el permanente aval a patovicas y patotas sindicales para reprimir las luchas. Aval que Néstor Kirchner y Cristina Fernández rubricaron nuevamente el 17 de octubre pasado con la plana mayor de la CGT dirigida por Moyano, y los miembros de la Unión Ferroviaria.

Esos aberrantes sucesos no son casualidad, más bien, casualidad es que no hayan ocurrido antes, y si tomamos en cuenta las declaraciones de Néstor Kirchner, de la presidenta, y cómo toda la oposición de los otros partidos patronales se borró literalmente en esos días, es claro que no va a haber cambios en la aplicación de estos métodos represivos. Y lo más probable es que el agotamiento del plan económico lleve al gobierno a profundizar la represión.

Por eso, poner sólo el eje en el Juicio y castigo a los responsables, como hace el PO, y el grueso de la izquierda, no conduce a nada. La “justicia”, en el mejor de los casos, va a juzgar a uno, al que se considere que haya disparado, con una pena mayor, y con penas menores a los partícipes necesarios, pero no va a llegar al burócrata Pedraza de la Unión Ferroviaria, y menos aún a los ministros del gobierno involucrados. Pero hay que ir por más, porque si no esto se seguirá repitiendo.

Cristina Fernández de Kirchner dijo varias horas después del crimen que los manifestantes no debían ir con palos a las marchas o actos. O sea, como quien no sabe nada de nada de las patotas sindicales, después que estos matones asesinan con armas de fuego, ella le echa la culpa a los que luchan, y peor aún, llama a que los que luchan lo hagan con las manos vacías. Hay que hacer todo lo contrario. Frente a las futuras luchas, que buscarán reprimirlas con patovicas, barras bravas y toda clase de matones, es necesario organizar piquetes de autodefensa.

A fines de julio se realizó el Encuentro de Trabajadores de Zona Norte, en él se votó un Encuentro Nacional de Trabajadores para noviembre. Podría haber sido votado para mucho antes, y ya se podría haber discutido la cuestión de los piquetes de auto-defensa y haberlos llevado adelante, evitando estos crímenes. Sin embargo sigue siendo fundamental poner en pié ese polo obrero de debate, organización y lucha contra los explotadores, sus gobiernos y sus socios los burócratas sindicales.

Frente al gobierno y las patotas sindicales pongamos en pié un gran Congreso Nacional de Delegados Obreros de Base y organizaciones de Trabajadores Desocupados. Para luchar contra las tercerizadas, e imponer, con tribunales populares, la justicia a todos los culpables del asesinato de Mariano Ferreyra.

Para combatir a la burocracia sindical.

Para luchar por la libertad de todos los presos políticos y el desprocesamiento de los luchadores

¿Qué pasa en la CTA?

En las elecciones de la CTA aparentemente ganó la lista 1 de Micheli (pinosolanista), pero, pasado más de un mes el kirchnerista Yasky, de la lista 10, se resiste a reconocer la derrota, y que asuma la nueva conducción. Ambos se acusan de fraude, y ambos tiene razón porque hubo fraude cruzado. Se presentaron además otras tres listas de izquierda, de partidos que se dicen trotskistas, como la lista 3 del PO, la 5 del MAS (PRS, IS, FOS, CI) y la 4 del PTS.

Y también se presentó el MST de Vilma Ripol, junto a la CCC del PCR, acompañando a la lista 1 de Micheli-De Genaro. La postura de ir, por la conducción de una central sindical, en lista común con la burocracia sindical no es una posición correcta, porque los revolucionarios deben buscar desarrollar la conciencia política de clase y la democracia obrera en las bases, y no los cargos sindicales a compartir con las burocracias sindicales pro-patronales. Y el MST acaba de dar otro paso más en su degeneración política, acaba de acordar el ingreso al Proyecto Sur de Pino Solanas, un proyecto político patronal que estuvo con la patronal del campo en el 2008, y que es claramente apoyado por el Grupo Clarín.

Pero si el MST se está dando vuelta, como ya se dió vuelta Beto Pianelli del Subte al ser candidato de la lista kirchnerista de Yasky, no es menos perjudicial la posición del resto de los partidos y grupos ya mencionados que se presentaron. Posición que se destacó por no tener ningún interés ni sentido unitario para luchar por la conformación de una lista opositora unida anti-burocrática y clasista que nucleara a todo el activismo anti-burocrático y anti-patronal, eligiendo a sus candidatos en asambleas de base abiertas a los activistas de la CTA.

Hoy la CTA está al borde de la ruptura entre los sectores que responden a Yasky y a Micheli. Es hora de que las 3 listas opositoras (más otros grupos y corrientes que existen al interior de la CTA) llamen a un Congreso Nacional de delegados de la CTA para impedir la ruptura, y para luchar contra ambas fracciones de la burocracia que llevan a la derrota y a una mayor fragmentación al movimiento obrero organizado. Si no lo hacen -y ni lo intentan- serán tan responsables de la ruptura como la burocracia de Yasky y Micheli.

Néstor Kirchner: ¿Héroe nacional, popular y progresista?

Antes que nada, es necesario aclarar una vez más que el peronismo, en todas sus variantes -como la UCR, el ARI, el PRO, el Proyecto Sur, etc.-, es un partido o movimiento político patronal, que defiende al capitalismo como sistema, por eso mismo gobierna para los intereses de los empresarios. La diferencia con los otros partidos patronales está en qué sector burgués priorice cada uno y en qué sector social se apoyen para tener respaldo político. En este sentido el peronismo, como quiere ser apoyado en las elecciones por las masas populares, generalmente tiene un costado más popular que los otros, pero es sólo a los efectos de ganar su apoyo electoral y gobernar para los intereses de los empresarios, entre los cuales se encuentran la gran mayoría de sus dirigentes: son patrones.

Néstor Kirchner no fue la excepción. Fue privatizador y ultra-menemista hasta 1996, posteriormente apoyó a Duhalde, y de su mano llegó a la presidencia. Hoy, tras su reciente muerte, su gobierno es reivindicado por los empresarios y los medios de comunicación (incluso los más opositores), porque siguiendo la política de Duhalde sacó a los piqueteros de las calles cooptando muchas de sus organizaciones con planes trabajar y trabajo-basura de micro-emprendimientos y falsas cooperativas, controladas de forma clientelar por los mafiosos intendentes del conurbano bonaerense. Entre sus medidas de gobierno sólo se destacan, con el acuerdo de los radicales, el cambio de los miembros ultra-menemistas de la Corte Suprema de Justicia (nuevos jueces para las mismas leyes anti-obreras), y porque reabrió las causas de juicios a los militares. Pero ambas cuestiones, que le dieron una gran popularidad, no le costaron ni un centavo a su gobierno. La desaparición del testigo Julio López está enmarcada en esa demagógica y barata forma de actuar que no procuró crear un dispositivo de protección a los testigos hasta que terminen los juicios.

Por lo demás, aprovechando el gran crecimiento económico, Kirchner pagó cifras millonarias (casi 10.000 millones de pesos) en concepto de compensación a los bancos en el 2005. Sí, a los mismos que se enriquecieron con la incautación de los depósitos en el 2001, pero no le devolvió a los ahorristas la diferencia de la pesificación asimétrica. Como Alfonsín, Menem y De la Rua pagó religiosamente la deuda externa, y hasta por demás al FMI saldándole innecesariamente toda la deuda (9.810 millones de dólares) contraída con este organismo que nos hambreó por décadas. ¿Y la deuda interna? Como ejemplo: dos años después, cuando Cristina Kirchner siendo presidenta fue a la provincia de Salta, a Tartagal, “descubrió” que en el norte argentino había pobres: El cinismo es una necesidad permanente de los gobiernos patronales.

Todo el planteo económico “productivista” del gobierno de Kirchner se redujo a subsidiar a las empresas (incluso a las multinacionales), y a esperar a que los empresarios reinviertan. Con la misma concepción liberal de “la copa derramada” de Menem, esto es; “si a los empresarios les va bien, les va a ir bien a todos”. Ciertamente que se recuperaron empleos en ese período porque la caída, de 1998-2002, había sido muy abrupta; y que los salarios aumentaron, pero también aumentó mucho el costo de vida en esos años. En general los salarios están al mismo nivel que en el primer gobierno de Menem, con el agravante de cuatro veces más pobreza, y que el alquiler está casi al doble y las viviendas al triple que en los años '80 y '90. Y que ya se están preparando tarifazos en lo servicios y transportes.

También es falso que Kirchner, y el kirchnerismo, no hayan reprimido las luchas, que defiendan las libertades y los derechos humanos. Por el asesinato de Mariano Ferreyra en manos de la burocracia sindical, el matrimonio K no mostró ninguna consternación, y Cristina Kirchner ni quiso recibir a una delegación que buscaba una entrevista, incluso llegó a decir que se trató de una pelea de bandas, y que no se debía ir más con palos a las marchas (será para que las patotas de la burocracia sindical nos peguen mejor como ocurrió nuevamente en la provincia de Santa Cruz el mismo día que velaban a Néstor Kirchner). Tampoco el gobierno quiso recibir a los familiares de Luciano Arruga, joven muerto por la policía por no querer robar para ellos. Y pocos años antes, después de tratarlos como terroristas, con la policía se les impidió a los trabajadores del Garrahan llegar a Plaza de Mayo a manifestar, se reprimió terriblemente a los docentes de Salta (y se atropelló literalmente a los docentes de Santa Cruz), se reprimió salvajemente la lucha de los trabajadores de Las Heras que luchaban contra los impuestos a los salarios, se reprimió con la prefectura a los trabajadores del Casino, y ahora Aníbal Fernández dijo que la policía hizo lo que tenía que hacer cuando mataron a Ferreyra (dar cobertura y mirar para otro lado). Y lo más notorio, que supera ampliamente al menemismo, es que se tercerizó la represión fomentando las patotas sindicales (nutridas de las barras bravas de fútbol) que armadas con palos y armas blancas y de fuego salen a pegarle a los trabajadores, a reprimir las luchas.

Todo el mito del carácter “nacional, popular y progresista” de Néstor Kirchner que están intentando construir con su muerte no se corresponde en lo más mínimo con la realidad. Incluso las dos medidas más populares que se tomaron, como la re-estatización del sistema de jubilación y la asignación familiar por hijo, fueron en el Gobierno de Cristina Kirchner. La re-estatización de las jubilaciones se realizó cuando la crisis empezaba a ser notoria y necesitaban dinero fresco para mantener el plan; y la asignación por hijo, después de negarse durante meses, fue aceptada cuando perdieron las elecciones del año pasado. En un país con un 30% bajo la línea de la pobreza (mientras se mantiene la falsificación de las estadísticas del INDEC), con una alta tasa de desnutrición y mortalidad infantil por hambre -que no quieren reconocer-, no querían quedar como anti-populares frente a la otra oposición patronal que reclamaba esa asignación por hijo.

La pelea con la burguesía del campo en el 2008, que continuó con el enfrentamiento al Grupo Clarín en el 2009, es lo único que le da popularidad al gobierno, sin embargo ni el grupo Clarín dejó, ni dejará, de ser un grupo concentrado de medios de comunicación, ni la oligarquía agraria dejó de serlo con las más que tibias medidas kirchneristas. Entre sus resultados se destacan la profundización menemista de la extranjerización de la tierra, la entrega del petróleo, los minerales a las multinacionales mineras, y su estrecha relación con el negocio del juego de Cristóbal López. Y no es un dato menor la gran cantidad de casos de corrupción, y la quintuplicación patrimonial de la familia Kirchner en estos ocho años en el poder.

Pero alguno dirá “a pesar de todo eso se trata de un gobierno con apoyo popular, y Néstor Kirchner se transformó en una especie de héroe nacional.” Sí, hoy es así, pero que pasen estas cosas no es nuevo, ya Lenin hace muchos años decía: “Los hombres han sido siempre en política, víctimas necias del engaño ajeno y del propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase.” La lucha política en la clase trabajadora, por la conciencia política de clase, es una pelea permanente, debido a que los empresarios tienen muchos más recursos y medios, e incluso tienen a la misma burocracia sindical para engañar a los trabajadores.