martes, 19 de diciembre de 2017

Compañeros del PSTU:

Desde la Liga Comunista de los Trabajadores (LCT) nos solidarizamos con el compañero Sebastián Romero, y repudiamos la orden de detención que contra él se ha librado, debido a la defensa que ejerció frente a la brutal represión del día 18 de diciembre -que el jueves 14 también había sido violentísima- por la Policía, Gendarmería y otras fuerzas represivas del Estado. Represión que el gobierno de Macri ordenó para que el pueblo trabajador no se movilice mostrando su indignación frente al robo descarado a trabajadores, jubilados y al pueblo pobre, al que también les rebajan hasta la Asignación Universal por Hijo. Y también por la indignación popular frente a la misma represión del macrismo al servicio de los empresarios, y de los grandes hacendados, como se vió en los asesinatos de Maldonado y Nahuel.

En ese contexto, es que desde la LCT manifestamos nuestro repudio (también con los medios de información amarillistas al servicio del gobierno que, sabiendo que se vienen más ajustes y represión, buscan criminalizar a los partidos de la izquierda que se dicen trotskistas) y nuestra total solidaridad con el compañero Romero, estando a entera disposición para todo acto o acción a favor de su libertad y por su desprocesamiento.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Frente a la traición de la CGT y la capitulación de las CTAs: Derrotemos el plan de super-explotacion, hambre y despidos de Macri-Cambiemos con un Congreso Obrero de Delegados de Base


El pasado jueves 14 se vivió una lucha obrera y popular como no se veía hacía muchos años. Aun a pesar de la brutal represión (que termino con más de 40 detenidos, algunos que ni siquiera participaban de la protesta) de la gendarmería y la prefectura, el macrismo tuvo que suspender la sesión para aprobar la reforma previsional. Fue una victoria, sí. Pero lejos de querer desanimar, es fundamental aclarar que fue una victoria parcial, con sus límites. El macrismo no fue derrotado, y aún le faltan más rounds por perder. Una prueba de eso es que este lunes 18 quieren hacer aprobar la reforma (con un miserable bono único -que no cubre lo que se pierde- para tratar de calmar las aguas) y, si les vuelva a fallar, ya se ha avisado por distintos medios que Macri quiere hacerla pasar por DNU. Es que no tienen otra política: su política es gobernar para los ricos y que la crisis la paguen los trabajadores, jubilados y el conjunto del pueblo pobre.
La fuerte represión del gobierno -que se suma a la represión contra los mapuches y a las marchas por Santiago Maldonado-, busca atemorizar para que no haya manifestaciones, echándole la culpa “al kirchnerismo que quiere desestabilizar” a “la izquierda violenta” o “al trotskismo que no quiere la democracia” y cosas semejantes, pero lo cierto es que es el gobierno que avanza con medidas anti-populares el que reprime descaradamente, y cobardemente, los cortes y las movilizaciones que se oponen a sus medidas hambreadoras.
Es fundamental entender entonces que el poder del pueblo trabajador, no está en votar por tal o cual candidato, sino en paralizar el país. Pero a ese poder debemos acompañarlo de un objetivo político concreto y es que sean los trabajadores los que den una salida obrera a la situación. Cualquier dirigente que diga que hay que marchar para demostrarle al gobierno de turno el descontento, y que cambie de política, se opone a la lucha por el poder obrero, y confunde así de manera consiente a los trabajadores, porque con este sistema siempre se gobierna para los patrones.
Hasta el momento, ya entrado el mismo día del supuesto paro la CGT no sabe qué va a hacer. El triunvirato traidor de la CGT discute declarar un flaco paro nacional de apenas 12hs. La razón por la que hacen esto es porque no quieren pagar el costo político con el riesgo de perder el control de las bases. Saben que esta contrarreforma previsional es muy impopular y que si llega a escalar aún más las protestas puede perder el control. Ellos están para asegurarse de que cualquier protesta no termine por derrotar a Macri y su ajuste. No por largar un paro de 12hs (o de 24hs o de 48hs o del tiempo que sea) dejaran de ser los mismos burócratas que aprobaron la flexibilización laboral macrista.
Los dirigentes de las CTA’s y la Corriente Federal no son mejores. Aunque ellos hacen paro y movilización, la verdad es que su objetivo también es contener las luchas. Por ejemplo, sabiendo Pablo Michelli que Macri no quiere discutir el corazón de estas contra-reformas -y menos con la CTAs- le pide una Mesa de diálogo, lo que en los hechos significa dejar pasar el tiempo y no poner en pie de guerra a los trabajadores que dirigen. Yasky, de la otra CTA y Palazzo, de la Corriente Federal, son iguales. Ellos no quieren luchar en serio, solo buscan desgastar a Macri, pero no derrotarlo y se juegan a las elecciones del 2019: esa jugada termina beneficiando al gobierno, porque así pasan los aumentos de las tarifas, ahora estas leyes, en fin, con su negativa a derrotar a Macri, le hacen pagar el ajuste al pueblo trabajador.
Contra esas perspectivas tenemos que parar y marchar este lunes para hacer que naufrague la reforma previsional y porque gobernemos los trabajadores. Sin embargo, la movilización y el paro de compromiso no pueden, de ninguna manera, parar con el ajuste y las contrarreformas macristas y sus aliados. Es necesario que los burócratas de la CGT y las CTA’s no nos dirijan los conflictos, sino que sean las bases las que decidan.
Por eso lo que necesitamos y proponemos es un Congreso Obrero de Delegados de Base, abierto a todas las tendencias del movimiento obrero (corrientes de desocupados y estudiantes en lucha), que unifique, coordine y elabore un programa y plan de lucha hasta imponer la huelga general. Esta tarea no puede ser confiada a los dirigentes burócratas de la CGT o de las CTA’s, son los partidos de la izquierda clasista (como el PO, PTS, IS, MST, N.MAS, etc.), sólo preocupados en las alianzas electorales para los votos, y las corrientes sindicales clasistas, las que deberían, hace meses, estar llamando a un CODB para poner en pie un polo obrero de referencia de lucha, con los sindicatos, las seccionales, y las muchas comisiones internas que dirigen. Así sí se podrá, embretar a los sectores de la burocracia que dicen querer luchar contra el macrismo pero poco hacen, y derrotar al gobierno, haciendo que el ajuste y la crisis la paguen los capitalistas.


-Movilicémonos y paremos este 18 para derrotar la ley hambreadora contra los jubilados
-Abajo las leyes de super-explotación y hambre: la fiscal de despidos en el Estado; la contra-reforma previsional y la ley de flexibilización laboral
-No a la represión – Desmantelamiento del aparato represivo – Creemos piquetes de autodefensa
-No al pago de la deuda externa con el hambre del pueblo trabajador
-Por un Congreso Obrero de Delegados de Base, y un verdadero plan de lucha hasta imponer una Huelga General que derrote al gobierno y sus planes super-explotadores, de despidos, hambre, miseria y represión
-No a los despidos en el Estado – Trabajo para Todos – Salarios y jubilaciones que cubran la canasta familiar – Reducción de la jornada laboral a 6hs
-Por un Gobierno Revolucionario de los Trabajadores, para que la crisis y los ajustes lo paguen los capitalistas

jueves, 14 de diciembre de 2017

Movilicémonos hoy y paremos mañana viernes 15 de diciembre

Derrotemos el ataque de Macri-Cambiemos a los jubilados y a los trabajadores


El Gobierno de Macri-Cambiemos avanza sobre los trabajadores y los jubilados. No sólo quiere quitar conquistas laborales y despedir trabajadores estatales, sino que también busca reducir los ya míseros haberes de los jubilados.
A la baja salarial de la jubilación que el mismo gobierno tuvo que reconocer que habrá con la nueva ley, se le agrega también que ésta lleva la jubilación a 70 años. Dice que es voluntario u optativo, pero no es cierto, porque los que se jubilen a los 65 años recibirán un porcentaje menor, del último salario recibido, que los que se jubilen a los 70 años, lo que obliga a todo trabajador a seguir trabajando porque con tan baja jubilación no se puede vivir.
Al mismo tiempo el gobierno anuncia el pago de intereses de deuda externa por un importe muy similar al que le están robando a los jubilados. Y ese es el fondo de la cuestión, todos estos ajustes y leyes, no solo le transfiere recursos a los grandes empresarios, sino que también están en función de cumplir con los bancos y órganos de créditos -de usura en realidad- internacionales, para seguir pidiendo más crédito, y creando más deuda y dependencia. Es que el gobierno necesita seguir pidiendo dinero para quitarles impuestos a los empresarios, sin que eso no se sienta en lo inmediato en la administración pública, y al mismo tiempo tener dinero fresco para seguir “restructurando” el Estado (o sea, despidiendo trabajadores). De esta forma pone dinero en el bolsillo de los grandes capitalistas, sacándoselos a los trabajadores y jubilados, y creando así mayor miseria e hipotecando el presente y el futuro de todo el pueblo trabajador.

La CGT se manifiesta en contra de esta contra-reforma jubilatoria, a diferencia del apoyo que le está dando a la Ley de flexibilización que impulsa el gobierno, sin embargo, nada hizo hasta el día previó de su tratamiento, pero, por la bronca general que ha provocado este ataque a los jubilados, llama a una movilización -que ya estaba convocada- de abrazo al Congreso, para el día del tratamiento, y un paro para un día después. Lo que indica claramente que la CGT sigue apoyando al gobierno, que es muy probable que no garantice el paro que está llamando, y que solo lo esté llamando para salvar un poco su prestigio bastante deteriorado -y calmar su interna-, con el explicito apoyo a la flexibilización laboral.
Sin embargo, repudiando a los burócratas sindicales de la CGT, hay que parar el viernes 15 y hacer de este paro una lucha activa, en las calles. Movilizarse el 14 al Congreso y parar el 15, sea para frenar la ley, en el caso de que no haya sido votada el día 14, o, en el caso de que sí lo haya sido hay que parar igualmente para repudiarla y continuar la lucha hasta derribarla.  Porque la batalla que se libre en esta lucha no solo hará que pase o no esta ley sino también que condicionará severamente al gobierno para avanzar con la flexibilización laboral.

No se puede seguir luchado por separado y corriendo detrás de los acontecimientos, así seremos derrotados. Los sectores clasistas y antiburocráticos del movimiento obrero -que principalmente son los orientados por los partidos de la izquierda clasista, como PO, PTS, IS, MST, N.MAS, etc., etc., etc.- que dirigen sindicatos, seccionales sindicales, y muchas comisiones internas, deberían convocar a un Congreso Obrero de Delegados de Base, para crear un polo obrero de lucha que abarque a cada vez más importantes sectores de base de las tres centrales sindicales, y que pueda al mismo tiempo hacer llamados más amplios a sindicatos -de la CTAs o que responden al kirchnerismo en el CGT- que dicen estar en contra del ajuste, los despidos y las leyes flexibilizadores o de contra-reformas.

-Movilicémonos y paremos este 15 para derrotar la ley de hambreadora de los jubilados
-Abajo las leyes de super-explotación y hambre: la fiscal de despidos en el Estado; la contra-reforma previsional y de flexibilización laboral
-No a la represión – Desmantelamiento del aparato represivo – Creemos piquetes de autodefensa
-No al pago de la deuda externa con el hambre del pueblo trabajador
-Por un Congreso Obrero de Delegados de Base, y un verdadero plan de lucha hasta imponer una Huelga General que derrote al gobierno y sus planes super-explotadores, de despidos, hambre, miseria y represión
-No a los despidos en el Estado – Trabajo para Todos – Salarios y jubilaciones que cubran la canasta familiar – Reducción de la jornada laboral a 6hs

-Por un Gobierno Revolucionario de los Trabajadores, para que la crisis y los ajustes lo paguen los capitalistas

lunes, 27 de noviembre de 2017

El miércoles marchamos todos al Congreso

¡HAY QUE DERROTAR LA FLEXIBILIZACIÓN LABORAL!

Este miércoles 29 las conducciones de las dos CTA’s, el CTEP, la Corriente Federal de la CGT (kirchnerista), Camioneros/moyanismo y otras organizaciones sindicales, llaman a movilizarse al Congreso para repudiar las leyes de la reforma laboral y previsional, que el gobierno macrista quiere hacer votar la semana siguiente. Acompañamos este acto para repudiar esas leyes esclavistas (que reduce la indemnización, flexibiliza las condiciones de producción, le da mayores márgenes de estafa y explotación a las tercerizas, introduce estudiantes pasantes como mano de obra regalada, rebaja las cargas patronales, etc. etc.) aumentando la desocupación para los trabajadores, y de mayor miseria para los jubilados, reduciendo los haberes y aumentando la edad jubilatoria, hambreando así aún más al pueblo pobre.   
Pero también advertimos y marcamos nuestra diferencia con la dirección sindical-burocrática de esta marcha, que (aunque se enfrenten a la deliberada traición del triunvirato de la CGT) el ajuste y estas contra-reformas macristas no van a ser derrotado marchando con representantes patronales de las PYMES (como son la CEEN o APYME). Porque los intereses de las PYMES están de la otra vereda de la de los trabajadores, ni se lo derrotará pidiéndole a los diputados patronales del massismo, peronismo u otras vertientes que voten en contra, porque aunque así lo hagan, sólo rechazaran las reformas en su vía legal o una parte de ella, pero los burócratas sindicales, que responden a estos empresarios y políticos, lo imponen igualmente por otra vía; en la negociación de los convenios con la patronal.
Es en la lucha, la organización y la movilización, y principalmente en la Huelga General, donde ésta la salida para derrotar el ajuste: el poder obrero está en parar la producción, el transporte, el comercio, los bancos, etc., y no en ir a presionar a los diputados y senadores patronales.
Es por eso que llamamos a movilizar de manera independiente de las centrales sindicales burocráticas (y de las patronales) y a no confiar en los diputados, senadores y demás políticos de los patrones, se digan o sean, neo-liberales o nacionales y populares.
Por todo esto nos sumamos a la izquierda clasista que llama a conformar una columna independiente. Pero les decimos a esta izquierda -PTS, PO, IS, MST, N.MAS etc., etc.- que dirigen muchas comisiones internas, algunos sindicatos y muchas seccionales, que con marchas y actos no se va a derrotar el ajuste, la flexibilización laboral y la contra-reforma previsional. Es necesario convocar un Congreso Obrero de Delegados de Base (con representantes de organizaciones de desocupados y estudiantes en lucha) de cara al activismo, llamando a todos los delegados de todos los gremios y centrales obreras, para llevar adelante un plan de lucha, realizar asambleas en las estructuras de trabajo, ganar la calle e imponer la Huelga General.
Sólo desde allí, desde esa posición de fuerza que daría un Congreso Obrero de Delegados de Base, es que tiene sentido la exigencia a la burocracia sindical, que dice que quieren derrotar el ajuste y la flexibilización laboral, pero que muy poco hace.

► ¡Derrotemos al gobierno macrista y su flexibilización laboral, el desempleo y los bajos salarios!
► ¡No a la represión de la policía y gendarmería – Por grupos de autodefensa de los trabajadores y las luchas!
► ¡Por un Congreso Obrero de Delegados de Base que resuelva un plan de lucha e imponga la Huelga General!

viernes, 20 de octubre de 2017

Echemos al Gobierno de Macri derrotando su plan de super-explotación, desocupación y represión


Las elecciones de las Paso han dejado en una situación satisfactoria al gobierno de Macri, aunque no haya ganado en la provincia de Buenos Aires. Igualmente, para las próximas elecciones del 22 de octubre, el gobierno se siente muy seguro. Entiende que la relativa recuperación económica -inflada por la inyección de millones de dólares en la obra pública-, y que la alta corrupción del gobierno anterior le sirve para, mientras oculta su propia corrupción, contrarrestar las críticas, por qué; “no estamos tan mal, ahora estamos creciendo” y “los K fueron peores” de corruptos.
A esta situación, que retroalimenta el gobierno, lejos del discurso de querer terminar con los enfrentamientos verbales, o “la grieta”, como decían cuando no eran gobierno, la profundiza más aún en la campaña electoral en función de justificar todo, y de obtener votos. De igual forma el kirchnerismo, principalmente Cristina Fernández, busca profundizar ese enfrentamiento, que es sólo de palabra -porque votaron muchas de las leyes que necesitaba el macrismo-, pero en los hechos dejan pasar todas las otras medidas de ajuste.
Y en este contexto las otras expresiones políticas, aunque sean peronistas, como Massa o Randazzo, quedan sin mucho margen político electoral. Situación de polarización que también afecta el electoralista esfuerzo de la izquierda clasista, sea del FIT o del IFS.
De igual forma el gobierno ataca a lo más corrupto de la burocracia sindical (siempre y cuando no sean oficialistas) para ganarse a la opinión pública, y de esa forma disciplinar a los otros burócratas sindicales, que igualmente ya negociaron, para que osen realizar ni un paro dominguero. Mientras ya es por todos conocido, y más aún por los burócratas sindicales, que se flexibilizaran las condiciones de trabajo, gremio por gremio, a través de los acuerdos con los sindicatos, negociado modificaciones en los convenios colectivos de trabajo.
Al mismo tiempo el gobierno ya anuncia nuevos aumentos en los servicios, en la nafta un 10 por ciento, y un 40 por ciento en el transporte, un 30 por ciento la electricidad, etc. Y, hasta ahora, la población acepta resignadamente esos aumentos, entendiendo que se está arreglando el desbarajuste que dejó el kirchnerismo con los subsidios a las empresas de servicios. Y el sector que apoya a los kirchneristas lo critica, pero, como Cristina Fernández, y el peronismo, que llama a votar, pero no a luchar, lo dejan pasar.
Y esto, no lo es todo; después de estas elecciones además de más tarifazos, flexibilización laboral y la rebaja de los aportes patronales, también vendrán recortes en el gasto público. Esto no lo realizan cuando votan los presupuestos, por sí mismo bajos, si no cuando lo sub-ejecutan (o sea, cuando gastan muchos menos de lo que votaron cuando asignaron recursos a cada sector, para después reasignar las partidas “sobrantes” a otras áreas) en salud y en educación. Y más despido en dependencias estatales. A esto se le suma el manejo de la caja del PAMI (50 mil millones de pesos) sin ningún control. Donde todo estos ajustes, recortes y quitas de prestaciones a jubilados, apunta a hacer una gran caja para el pago de la deuda externa, en un año donde se vencen muchos compromisos de pago.
Así las cosas, cualquiera (menos la izquierda adaptada al régimen) se da cuenta que, aunque haya que votar a listas obreras, los votos no van a cambiar la situación. Tenga uno o dos puntos más, de porcentuales de votos, el macrismo o el kirchnerismo en la Provincia de Buenos Aires, este gobierno seguirá para adelante con el ajuste y los ataques. De hecho, la represión y la escandalosa desaparición forzosa, en manos de la Gendarmería, de Santiago Maldonado no parece hacer meya en la intención de votos al gobierno, ni el uso de la Gendarmería y la Policía.
Y menos aún cambiarán las cosas con el voto, cuando ese voto es pedido por esa izquierda, para encontrar la solución a los grandes problemas, y padecimientos de la clase obrera y del pueblo pobre, en el marco del sistema capitalista. Y no para decirle claramente a los trabajadores que la lucha es por poner en pie una herramienta política para la toma del poder por la clase obrera, para desde allí construir otra sociedad; donde se reducirá la jornada laboral, donde habrá trabajo, salud y vivienda para todos, etc., etc.
Pero, aunque los votos no cambiarán la realidad igual al gobierno se lo puede derrotar, impulsando las luchas y la unidad de éstas, su coordinación, y la puesta en pie de un Congreso Obrero de Delegados de Base que unifique a sindicatos, seccionales y comisiones internas combativas de todo el movimiento obrero, a los diferentes sectores clasistas y los partidos de la clase trabajadora. Y que, desde allí coordine y llame, embretando, a la burocracia sindical que dice estar en contra del ajuste pero que lo deja pasar, para imponer la Huelga General, y un verdadero plan de lucha, hasta derrotar el plan de hambre y represión del gobierno.
Se puede triunfar; se trata de llevada adelante la táctica del Frente Único Obrero, combatiendo la política divisionismo de los partidos electoraleros de la clase trabajadora, para con la unidad mejor combatir a la burocracia, y lograr derrotar el plan de super-explotación, despidos, miseria y represión del gobierno de Macri.

La burocracia sindical cocina a fuego lento la traición


Los burócratas de la CGT, los Héctor Daer, Carlos Acuña, Juan Carlos Schmid y hasta Pablo Moyano, con la excusa de que el gobierno de Macri les prometió que no se va a realizar una reforma laboral al estilo Brasil, no han llamado a parar con un plan de lucha, como habían anunciado hace meses, y han trasladado su confederal que se iba a realizar en septiembre a octubre, pasadas las elecciones.
Y a pesar de todo, con sus cuatro o cinco alas, la CGT sigue unida y nadie quiere sacar los pies del plato. Es claro que la devolución en cuotas del dinero de las obras sociales que kirchnerismo le tenía retenidas, unos 29.000 millones pesos, los tiene a todos muy quietos. Pero hay más, el macrismo extorsiona a los burócratas sindicales con hacer público su patrimonio. El juicio contra el marítimo `Caballo' Suárez, el canillita Omar Plaini o la detención del “Pata” Medina de la UOCRA de La Plata, lo tiene a más de uno muy nervioso. Sin embargo, esa preocupación no lo incita a la lucha sino a arreglar negociando con el gobierno. De allí la calma que hay entre los jerarcas sindicales, incluso entre los más `combativos` no hay ánimos de lucha. Terminarán entregando todo lo que puedan entregar porque a los burócratas sindicales no los mueven las conquistas o los beneficios obreros, sino del dinero que le ingresa a sus arcas, y, por supuesto, la libertad para poder gozarla.
En ese marco los dirigentes del triunvirato de la CGT, mientras tuvieron una nueva cita constructiva con Triaca, el Ministro de Trabajo, ya han definido su voto por Cristina Kirchner, Sergio Massa y Florencio Randazzo, con el argumento que hay que votar peronistas para frenar la reforma laboral en el Congreso.
Pero que no haya una reforma laboral al estilo Brasil, o sea como ley votada en el Congreso, no significa que no vaya a haber flexibilización laboral. En este sentido nada dicen los burócratas sindicales de las paritarias donde se han modificado los convenios colectivos de trabajo de forma muy favorables a las empresas. Como en petroleros, conducidos por Guillermo Pereyra, del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa, sobre el que no tomaron ninguna medida por tal traición, sino que más bien lo justificaron.
De cualquier forma, no se puede descartar que realicen un paro sin continuidad, para hacer que algo hacen, pero eso no sería “romper la tregua”, sería un nuevo engaño. Y ni así y todo, hoy por hoy, lo quieren hacer, porque no quieren enfrentarse al gobierno de Macri; porque es enfrentarse a la fuente de sus ingresos económicos, base de sus privilegios millonarios.

¿Unidad de la izquierda o Frente Único Obrero?


Estamos en campaña electoral y la consigna, o la expresión, por la unidad de la izquierda es esgrimida por algunos candidatos y también por los periodistas, que cuanto más odian las ideas de izquierda, parece que más se aferran a criticar su desunión.
Pero "izquierda" es una expresión genérica de la misma política burguesa, entendiendo que en la izquierda están los pensamientos revolucionarios y más progresivos; y a la derecha los más conservadores y reaccionarios. En ese sentido, obviamente, los marxistas -incluso los anarquistas reales- estamos en el espectro de la izquierda. Y a su vez, en el mismo marxismo hay sectores a la izquierda y otros a la derecha; por ejemplo, en relación a la actitud de éstos frente a la burguesía y su régimen. También hay un amplio centro. 
Pero los marxistas no somos la izquierda en general, y nuestra distinción y delimitación de los grupos políticos no la realizamos primeramente por aspectos ideológicos, sino de clase social que esos partidos por sus programas representan. Por ejemplo; se han dado infinidad de casos donde fracciones políticas pequeño-burguesas tienen posiciones mucho más a la izquierda, en su radicalidad, que la de los marxistas, incluso que la de los marxistas más principistas. Y sin embargo los marxistas principistas no deben juzgarla por la ideología que esbozan éstos sino por el programa e intereses de clase que defienden.
Entonces no somos sólo de izquierda, somos principalmente marxistas, porque hay una izquierda obrera y hay una izquierda -que so pretexto que quieren humanizar al capitalismo o de algún proyecto de desarrollo burgués nacional- es pro-capitalista. Y también hay una izquierda "anti-capitalista", mayoritariamente pequeño-burguesa y plebeya, que al no tener objetivos proletarios o un programa obrero termina igualmente siendo burguesa.
Hoy en día la palabra “izquierda” se ha puesto de moda, y desgraciadamente muchos marxistas, y hasta trotskistas, han sucumbido a ella. Hay muchos partidos que en sus siglas tienen la palabra "izquierda", hay diarios partidarios digitales que se presentan como de izquierda, los frentes electorales son de izquierda, y se ha expresado, y se seguirá expresando, el deseo de la unidad de la izquierda. Planteándolo como la salvación electoral unos, o como la unidad del clasismo otros, y también los que quieren esa unidad de esa izquierda clasista para las elecciones y la lucha, como una especie de micro Partido de los Trabajadores, porque no hay una amplia vanguardia obrera como para impulsar un PT real, o sea; como un partido de toda la clase.
Todos estos planteos se dan en el marco de una fuerte ofensiva de la burguesía, y, obviamente, en la lucha de clases lo menos que se puede esperar es que la izquierda clasista esté en la misma trinchera y no así con la izquierda pro-capitalista. Sin embargo, la política de un partido marxista no debe ser la de unir a la vanguardia -la izquierda y los que luchan- sino principalmente hacia el conjunto de la clase, embretando y desenmascarando a sus direcciones burocráticas. Y con ese anclaje, y con ese objetivo, llamar a unir a la izquierda clasista y a los que luchan. Si no, si se hace al revés, la política es vanguardista y sectaria, o sea, de vanguardia y para la vanguardia. Porque la orientación a tener para derrotar al gobierno y su plan no es la unidad de la izquierda; es la de frente único obrero, que la incluye.
Se insiste también con la unidad electoral de la izquierda, pero esa unidad no siempre es progresiva, incluso en la izquierda clasista. Veamos el caso de FIT (PTS-PO-IS) en el plano electoral: ¿es correcto que se junten tres partidos marxistas a orientar en campaña electoral infinidad de consignas y tareas mínimas y transicionales sin decir que es la clase obrera la que debe tomar el poder para poder concretar las más importantes? No, por supuesto que no lo es. Eso es electoralismo de la peor especie, porque dan a entender, y crean la falsa ilusión, de que en el marco del capitalismo se puede resolver las cuestiones más importantes, sólo habría que saber votar.. votándolos a ellos. Así les dicen a los trabajadores que sus problemas más importantes se solucionan sabiendo escoger la papeleta adecuada. Y el otro frente electoral, el IFS (MST y N.MAS), no sólo no le critica eso al FIT, sino que en su afán electoralista tiene la misma política, mientras suplica la unidad electoral con estos.
La unidad electoral de la izquierda clasista, al estar adaptada al régimen, crea una falsa consciencia en la clase, reforjando las cadenas de opresión del régimen de dominación burgués.
 
Marcelo Ríos

Analisis de las PASO y política para las elecciones de Octubre


Terminaron las PASO. Y entre la izquierda reflota una pregunta ¿y ahora qué sigue? Las PASO dejaron por resultado un aparente avance del macrismo (no estamos hablando de elecciones definitivas), ya que saco el primer lugar en provincias que habían sido gobernadas por partidos-caudillo desde 1983, como el MPN en Neuquén.
El kirchnerismo, por su parte, gano en la provincia de Buenos Aires, pero por un margen de diferencia con Cambiemos menor a un 1% y además salió en el segundo puesto de la mayoría de las provincias donde se presentó.
El FIT supero las PASO y con una votación superior a la del 2015, pero sin llegar a superar su histórico techo del 2013. Y el debutante IFS hizo una buena primera elección y podrá presentarse en distintas provincias (como Córdoba) pero no podrá medirse contra el FIT en Bs.As.
Entonces, con este horizonte, es necesario hacerse una pregunta ¿Por qué, a pesar del avance del ajuste, Cambiemos avanzo en las PASO? ¿Existe una derechización de las masas? En nuestra opinión no. En los casos de las distintas provincias donde se consolido Cambiemos es porque se combinó el voto castigo a sus partidos caudillo (MPN, los hermanos Saa en San Luis, el Kirchnerismo en Santa Cruz,  etc.) porque ellos también aplican el ajuste, con un rechazo de amplios sectores a la vuelta del kirchnerismo. Esto por sí solo no prueba derechización alguna en las masas, porque mejorar la situación internacional y nacional del país es un reclamo valido de las mismas: ellas tienen todo el derecho a reclamar porque sus condiciones mejoren.
Distinto hubiese sido si, por ejemplo, frente a la desaparición de Santiago Maldonado el conjunto de sus votantes (que excede por creces su aparato partidario) no hubiese participado de las marchas por él.  La polarización de Cambiemos contra el Kirchnerismo, echando en cara los casos de corrupción (Baez, De Vido) y la comparación de ese partido con el PSUV de Maduro y su gobierno, sumado al desprestigio del kirchnerismo en distintas provincias (Santa Cruz) hizo que este no alcanzara los resultados esperados según encuestas, aun a pesar de haber ganado en la provincia de Buenos Aires. Massa y Randazzo, aunque salieron en 3% y 4% puesto, fueron relegados por la mayoría de las masas como opciones no viables.
¿Y la izquierda por qué no crece electoralmente? Se dan varias respuestas. Una de las más repetidas es que el FIT no creció por culpa de que el IFS salió a hacerle competencia. Pero para nosotros la razón por la que ninguno de los dos frentes creció exponencialmente (el FIT todavía no supero su techo del 2013) fue, por un lado, por las derrotas obreras (AGR-Clarin, Pepsico, Colectivos de Córdoba, Docentes, etc.) que se causaron por dos motivos: primero porque la burocracia sindical hizo cuanto pudo por derrotar estos conflictos, y segundo porque cuando alguno de los cinco partidos más grandes dirigía o tenía alguna influencia en algún conflicto levantaron una política vanguardista y aislante. Es decir, hacer marchas, exigir la huelga general del gremio y boicot económico a las empresas, pero nunca una política coordinando y unificando a los que luchan y planteando una organización superior desde donde enfrentar y embretar a las direcciones sindicales. Ese es el factor principal que le sirvió al kirchnerismo para reposicionarse.
El otro factor fue la política oportunista de estos frentes. Fue oportunista porque en la orientación política que daban, los dos frentes le cedían a la ilusión más elemental entre las masas: que votando se solucionan las cosas. El discurso de Myriam Bregman en el cierre de campaña del FIT es un ejemplo de ello. Allí dijo que “nosotros peleamos por una verdadera perspectiva anti-capitalista, por terminar con este sistema de opresión, de explotación y porque gobiernen los trabajadores, por eso para derrotar a Macri, para derrotar a la derecha que avanza en América Latina, para ponerle un verdadero freno a sus planes hay que acompañar al Frente de Izquierda”. Es decir, votarlos. Esta clase de discursos no son privativos del PTS. M. Ramal del PO, en la misma fecha, decía “llamamos a la juventud y a los trabajadores anti-imperialistas de esta ciudad y de este país a votar al Frente de Izquierda bajo las banderas de fuera el imperialismo, repudio de las deudas externas usurarias, nacionalización integral del petróleo y del gas y por la unidad socialista y gobiernos de trabajadores en toda América Latina”.
Las razones políticas para luchar por el socialismo estaban, hasta ahí bien, pero nunca brindaban una orientación política más allá del voto al FIT. Votar a un frente de partidos de la clase no es necesariamente igual a tener una política revolucionaria.
Los spots publicitarios son otro ejemplo: proponían la reducción de la jornada laboral a 6 horas y un mínimo de 25.000 pesos. Pero en ningún momento, ni en los spots, ni en entrevistas ni en sus cierres de campaña los representantes de esos partidos aclararon que todas esas políticas se consiguen con la clase obrera en el poder y que esta democracia para ricos no da margen para esa posibilidad, que los votos no son una herramienta para que los trabajadores logren esas conquistas.
El caso del IFS (N.MAS + MST) fue casi idéntico. Como el FIT proponían también consignas como la reducción de la jornada laboral (por ley); solo llegaron a diferenciarse en dos casos puntuales: la primera fue que en uno de sus spots proponían que si las PYMEs se funden, que sea el estado quien las financie. Otra capitulación a las ilusiones de las masas que, esta vez, cruza la frontera de clase más burdamente. Y el otro punto de diferencia fue la intervención de M. Castañeira, dirigente y principal figura pública del N.MAS, en el programa de Navarro. La compañera llego a decir que a Macri “hay que castigarlo en las urnas y derrotarlo en las calles”. Esta frase después sería popularizada por los militantes de ese partido y aparecería en la página web de ese partido y en otras partes. Una frase claramente a la izquierda del discurso de los representantes del FIT que, aun así, está completamente vaciada de contenido porque ¿Qué quiere decir “derrotarlo en las calles”? Para muchos de los que militamos por el socialismo “derrotarlo en las calles” puede significar un conjunto de cortes de rutas, puebladas, huelgas generales, etc. pero siempre se piensan en medidas de fuerza para echar al poder político. Las masas (que no conocen ni están interesadas en la vida militante revolucionaria) no van a comprender esto, sino que entenderán que hay que votar a la izquierda y movilizarse para repudiar al gobierno tantas veces como sea necesario hasta derrotarlo. Los compañeros del IFS al no aprovechar las elecciones para presentar su orientación política le ceden, como el FIT, a las ilusiones de las masas en que el voto es una herramienta de cambio.
Lo que nosotros consideramos es que por supuesto hay que votar una alternativa de clase, pero que para derrotar el ajuste es la unificación de todos los conflictos en pugna y los por venir en un centro coordinador de luchas que tenga como norte la formación de un Congreso Obrero de Delegados de Base que este abierto a todos los que se dicen contra el ajuste. Es decir, unificando las luchas obreras y populares en curso (Cervelar, estatales, Cresta Roja, Pepsico, estudiantes, justicia por Santiago Maldonado, etc.) en un centro coordinador podemos ir coordinando acciones concretas como marchas, cortes de accesos (como Panamericana o Puente Pueyrredón), etc. mientras le planteamos al conjunto de los trabajadores y sus direcciones, la necesidad de armar un Congreso de Delegados de Base donde estén representadas todas las tendencias del movimiento obrero que se digan contra el ajuste. Estos planteos van de la mano de la denuncia/exigencia a la burocracia sindical para desenmascararla por no ponerse al frente de la lucha.
No es verdad, como plantea Convergencia Socialista de Combate y la Mesa Promotora por una ANT (de donde fuimos burocráticamente expulsados), que las bases del movimiento obrero odian a la burocracia sindical y sólo necesitan que la izquierda convoque a un encuentro de luchadores para que estas rompan con la burocracia peronista. En realidad, en el movimiento obrero hay una minoría clasista, seguida por dos tendencias mayoritarias: las que, por resignación, costumbre u otro motivo se apegan a la burocracia sindical, y las que cansadas de las maniobras y falta de soluciones de la burocracia gremial se tornan apáticas y se desafilian del sindicato. Es necesario darnos de una política de frente único obrero y eso se expresa en la necesidad del Congreso Obrero de Delegados de Base como planteo central para mover a la clase. La burocracia sindical, si llega a concretarse tamaño evento, solo podrá dividirse entre no ir (y perder ahí el control sobre sus bases) o participar obligada para no perder el respaldo que pueda tener de las bases. Solo haciendo esta experiencia las masas comprenderán el camino por dónde ir.
No obstante todo esto, remarcamos que a pesar de las diferencias políticas y teóricas que nos separan de los partidos que conforman el FIT y el IFS, nosotros llamamos a un voto critico por ellos donde se presenten en las próximas elecciones de Octubre, porque consideramos que al ser partidos de la clase el voto será progresivo y porque queremos acompañar a los que creen en la política de esos frentes en la experiencia, para remarcarles los errores donde corresponda y que en la lucha enseñarles nuestra perspectiva.
 
Augusto Ferré
 

La situación de la salud pública y las obras sociales


La salud no debe estar en manos de la burocracia sindical. Las obras sociales en manos de los burócratas sindicales son la caja negra de donde obtienen gran parte del dinero de sus privilegios, y otra parte viene de las cámaras patronales por debajo de la mesa. Es que los fondos de las cajas de las obras sociales no van para los trabajadores, y son la principal fuente que alimenta a la burocracia y al mismo tiempo sujetan al sindicato al Estado patronal.
A la actual situación de deterioro de la salud pública se le suma que las obras sociales cada vez brindan menos prestaciones, situación de la que sacan provecho la medicina prepaga. Todo el sistema de salud capitalista apunta a que el Estado se la busque sacar de encima, que sea muy pobre la salud pública, para que los privados hagan negocios.
De allí que nuestro programa dice: De todas las aberraciones capitalistas es el negocio de la salud privada, y los laboratorios y sus patentes, el que sobresale. Mientras tanto la salud pública se deteriora indefinidamente. A la sub-alimentación, a las condiciones cada vez peores de trabajo y vivienda, se le agrega la bancarrota de los Hospitales y de todo el aparato sanitario estatal, la acción de los buitres de las clínicas privadas, y el desastre de las obras sociales en manos de las mafias de la burocracia sindical. Y los traficantes de la salud, las patronales de las clínicas y sanatorios y los laboratorios privados, la mayor parte imperialistas, hacen grandes ganancias mediante maniobras fraudulentas y hasta criminales, como la venta de drogas prohibidas en sus países de origen, los protocolos de experimentación con los pobres en el interior abusándose de su situación de pobreza, teniéndolos como conejitos de indias, por unos pocos pesos. Por otra parte, frente a la falta de presupuesto estatal, y de bajos sueldos, los profesionales terminan yéndose al sector privado y así las patronales sacan provecho de la misma situación de miseria de la salud pública y la sociedad. ¡Basta de medicina para ricos y medicina para pobres! ¡Basta de Hospitales donde no hay una gasa o un frasco de alcohol! ¡Basta de “obras sociales” que sólo sirven para esquilmar a los trabajadores y enriquecer a los burócratas sindicales o “interventores”! ¡Por aumento del presupuesto nacional para la salud! ¡Por aumentos de sueldo y efectivización para los médicos, enfermeros y todos los trabajadores, contratados y becados, de la salud! ¡Basta de remedios exorbitantemente caros, por genéricos realizados por los trabajadores de la salud bajo supervisión de los facultativos de la facultad de Farmacia! ¡Por un sistema nacional de salud, igual para todos, con consultas, tratamientos y medicamentos absolutamente gratuitos, pagados por el Estado, y administrados democráticamente por los usuarios, los médicos, los trabajadores de la salud y los representantes de la facultad de Medicina y Farmacia! ¡Establecimientos de controles de salud sistemáticos en fábricas, oficinas, establecimientos y escuelas! ¡Por la nacionalización de las clínicas, sanatorios, centros de diagnóstico y prepagas, así como de los laboratorios y las droguerías privadas, y su incorporación a un Sistema Nacional de Salud Único Estatal e integralmente gratuito!

Sobre el Confederal del clasismo: Una polémica con los compañeros del Partido Obrero e Izquierda Socialista


 El pasado 30 de Septiembre el PO e IS llevaron a cabo un acto en la cancha de Lanús que se llamó “Plenario Sindical en Apoyo al FIT”. Este congrego a unos 3.000 trabajadores y a sus representantes, todos ellos del clasismo, para adoptar un plan de acción concreto. Este Plenario fue el resultado de una propuesta del Partido Obrero que originalmente se llamó Congreso del Movimiento Obrero y la Izquierda. Como este Plenario fue un evento importante para la clase obrera en general (y para su tendencia clasista en particular) aprovechamos estas líneas para dar un análisis del mismo. Pero también porque el llamado del PO a construir un CMOI (y que finalmente se concretó en el pasado Plenario) parece tener puntos en común con nuestra orientación por un Congreso Obrero de Delegados de Base. Por eso es que aparte de un análisis sobre el Plenario (y lo que significo) es que hacemos esta nota para ver puntos en común, de diferencia y llegar a una conclusión para abrir el debate con los compañeros.
El llamado a constituir un CMOI no es nuevo. En realidad, viene de antes de las PASO y fue una propuesta del PO para evitar tener que enfrentar al PTS en esas elecciones. Por eso es que uno de los requisitos para participar era que se eligieran los candidatos del FIT: “(…) es necesario que involucremos a la vanguardia obrera y a sus luchadores en la batalla electoral (…). Convoquemos un Congreso del Movimiento Obrero y de la Izquierda que proclame candidatos, programa y un plan para desarrollar una intervención del FIT en todos los planos de la lucha de clases (punto 4 de la “Carta del 24’ Congreso del Partido Obrero a los partidos del Frente de Izquierda”).
Finalmente, esa versión del CMOI no fue necesaria darla, porque los partidos llegaron a un acuerdo y fueron en una única lista. Pero ¿Qué tipo de propuesta fue la del PO? En nuestro punto de vista, ese CMOI era una orientación sectaria, porque se convocaba a los trabajadores que estaban por fuera de esos partidos a que eligieran a los candidatos de un frente con el cual no tendrían por qué sentirse identificados necesariamente. Esa condición hacia que el CMOI pusiera el carro delante de los caballos, porque los trabajadores que están contra el ajuste y que no estarían identificados con el FIT (porque podrían estarlo con el IFS, con el kirchnerismo, con Massa, etc. y eso no puede ser una medida para juzgar si están contra el ajuste o no a los obreros de base) no podrían participar del mismo y de esa manera se pierde una oportunidad concreta de mover al conjunto de la clase obrera por un pliego único de reivindicaciones  que  ese lo que realmente los haría acercarse a posiciones revolucionarias, porque las masas aprenden a partir de la experiencia en las luchas, confrontando el programa reformista de los burócratas sindicales con el programa revolucionario.
Pero ese CMOI no se llevó a cabo. Se concreto un Plenario Sindical en Apoyo al FIT y que originalmente se había llamado CMOI por el PO, como respuesta a la marcha del 22 de Agosto de la CGT. ¿Hubo algún cambio? Solamente que no era para dirimir candidaturas entre los partidos y que el PTS no acepto participar. Para nosotros esta nueva propuesta mantiene sus elementos sectarios y electoraleros al mismo tiempo; no es una superación en absoluto y presenta los mismos problemas que el anterior.
Y lo que escribió el mismo compañero N. Pitrola así lo confirma: “La propuesta se fundamenta en la necesidad de que el activismo obrero participe activamente de la campaña electoral (…). El Congreso del Movimiento Obrero y la Izquierda brinda la oportunidad para debatir una gran movilización de la izquierda y el clasismo contra las reformas antiobreras”. (Por un Congreso del Movimiento Obrero y la Izquierda). Los compañeros de la dirección de Izquierda Socialista acuerdan: “(…) tenemos que construir una autentica alternativa política para los trabajadores y los sectores populares. Por eso es fundamental en estas elecciones votar al Frente de Izquierda. Este plenario convocara a todos aquellos que acuerdan con esta tarea”. (Plenario sindical en apoyo al Frente de Izquierda).
Pero aparte de sectario, y más importante aún, es que la orientación es incorrecta. Porque al ajuste no se le puede vencer con una buena elección del FIT y marchando para denunciar las traiciones de la burocracia sindical. Sino con la organización y las medidas de fuerza planificadas y decididas democráticamente por el conjunto de los trabajadores y la lucha por el Poder Obrero.
Y esa es nuestra principal diferencia, porque los compañeros del PO e IS no solo no tuvieron esa orientación para este Plenario, sino que tampoco lo tendrán a futuro. Miremos el plan de acción: “El plenario resolvió además algunas importantes iniciativas de movilización: participar masivamente del acto por la aparición con vida de Santiago Maldonado; impulsar y movilizar el 12 de octubre junto al sindicalismo combativo reunido en el Sutna contra la reforma laboral y el pacto Macri-CGT; intervenir en el Encuentro Nacional de Mujeres que se realizará en el Chaco; impulsar en cada lugar de trabajo el voto al Frente de Izquierda y de los Trabajadores, poner en pie comités de apoyo a sus candidatos, sumar miles de fiscales para asegurar una  multitudinaria votación.” (En cada lugar de trabajo impulsemos el voto al FIT).
¿Qué conclusión sacamos de leer estas resoluciones? Que el PO e IS armaron un Plenario de neto corte sectario, poniendo las elecciones por delante de las luchas, lo que limitaba la participación a los trabajadores clasistas que esta de una manera u otra con el FIT y a los independientes. Es decir, congregaron a sus fuerzas y a cuanto independiente podían para armar un acto partidario que resolvió armar marchas, participar de encuentros y militar el voto al FIT. Pero, además, la segunda conclusión es que tampoco están interesados en crear algún movimiento para seguir gestando nuevos Plenarios Sindicales para ir creciendo; es decir, entre las resoluciones no está planteada la continuidad de esta clase de organismos, que es precisamente lo que la clase obrera necesita para ir organizándose (aunque nosotros consideramos que deberían crearse en otras condiciones y por otros objetivos, que discutiremos más abajo).
Los compañeros del PO e IS nos objetaran que el voto al FIT de este Plenario fue necesario porque el FIT debe constituirse en una “Alternativa Política de los Trabajadores”. Esta objeción podrá parecer verosímil, pero en realidad es una revisión oportunista y sin principios de toda la teoría leninista de la construcción del Partido Revolucionario de combate del que dicen defender.
El FIT no se trata de un frente único entre partidos trotskistas para combatir juntos el ajuste, que es como es presentado. Los hechos desmienten esto: la no participación del PTS en este Plenario (y el armado de su propia corriente al margen de la del FIT), la participación de las PASO, se han presentado en gremios clave listas separadas de estos partidos cuando debería primar la unidad (ferroviarios del Roca por ejemplo), etc. En realidad, el FIT es solo un frente electoral entre tres partidos trotskistas incapaz de armar acciones conjuntas que no tengan que ver con las elecciones o hacer marchas. Entonces es imposible, para los trotskistas, que un frente de partidos se convierta en alternativa política de los trabajadores ¿Cómo puede ser un frente electoral una alternativa política cuando la misma debería capitanearla un partido revolucionario único? ¿Hubo alguna experiencia histórica que demuestre que un frente electoral trotskista pudiera tomar el poder? Y si no ¿Cuál de los tres partidos que componen el FIT es el partido revolucionario que hay que seguir? ¿O los tres son lo mismo? De ser así ¿Qué pasa que no se unifican?
En verdad no es el FIT una alternativa política de los trabajadores, solo un frente electoral entre tres partidos de nuestra clase que se han adaptado a la democracia para ricos a tal grado que no le explican a las masas que sin importar cuantos votos tengan jamás podrán derrotar el ajuste, porque solo se lo detiene con los trabajadores destruyendo el poder de los capitalistas y construyendo el propio.
Nosotros, por el contrario, de estar en la posición de los compañeros del PO o IS (es decir, de tener su fuerza sindical y electoral) llamaríamos a un Congreso Obrero de Delegados de Base e invitaríamos a todos los partidos propios de la clase obrera (estén dentro del FIT o no, es decir también al MST, al N.MAS, etc., etc., etc.) a ponerlo en pié, para posteriormente llamar a las grandes organizaciones obreras de masas, es decir, las centrales sindicales, más todos los centros de estudiantes en universidades, terciarios y secundarios y a los movimientos de trabajadores desocupados, poniendo como condición que todo aquel que quiera participar del mismo se declare contra el ajuste y por su derrota y que respete las decisiones democráticamente allí elegidas. Y en esas condiciones debatir un plan de lucha, donde los revolucionarios debemos luchar por un programa que plantee: “No al pago de la deuda externa con el hambre del pueblo – Por la ruptura de los pactos que nos atan al imperialismo”, “Desmantelamiento del aparato represivo – Por grupos de defensa de los trabajadores”, “Trabajo para todos – Por la reducción a 6hs de la jornada laboral”,
“Por un aumento salarial acorde a la inflación – Expropiación sin pago y estatización bajo control obrero de toda fabrica que despida o cierre”, etc. Y todo ello coronado en la lucha por la huelga general por tiempo indeterminado hasta derrotar el ajuste. Y por un gobierno revolucionario de los trabajadores. De esa manera no solo creamos las condiciones para una alternativa de poder (que irrealisticamente los compañeros del PO e IS dicen que será el FIT) sino también las armas para enfrentar al ajuste de verdad. Pero aparte lucharemos porque este Congreso tenga continuidad; es decir, porque se fijen plazos para convocatorias a nuevos congresos.
Y esta orientación no tiene por qué esperar a las elecciones, debe ser llevada ahora para así poder demostrar claramente, a muchos miles de compañeros que honestamente confían en el peronismo (kirchnerista o no), que aquí hay una alternativa de lucha para enfrentar y derrotar el ajuste capitalista.
Estas son nuestras perspectivas, invitamos a los compañeros del PO e IS a darnos una respuesta.

Augusto Ferré