miércoles, 24 de enero de 2018

Frente al fracaso económico del Gobierno de Macri-Cambiemos:


¡No a los despidos!, ¡Defendamos a los trabajadores de Stockl, del Hospital Posadas, a los estatales y municipales!

El plan económico del gobierno Macri-Cambiemos es un fracaso, en los primeros años prometían una lluvia de dólares, pero este año se vieron obligados a tener que subir el dólar porque la balanza comercial le es muy deficitaria y le falta dólares para pagar las importaciones; prometían terminar con la inflación, pero, lejos de eso, se ven obligados a tener que cambiar la meta inflacionaria porque no llegan a un dígito para el fin del mandato, y ahora, aunque se hable de un 15 por ciento para el año próximo, el aumento del dólar, las naftas, y los servicios -transporte, luz, gas, agua, etc.-, la mantendrá bastante más arriba del 20 por ciento; prometían muchísimas inversiones y no hay nada de eso, peor aún, los capitalistas se han dedicado a especular y fugaron capitales por ciento de miles de millones, perdiéndose muchos puestos de trabajo estables (los últimos 150 despidos de la metalúrgica Stockl se suman a muchos miles en estos casi tres años), y los pocos nuevos puestos de trabajo son en su gran mayoría eventuales en las obras de la construcción y monotributistas. Si la economía, en general, todavía se mantiene no es gracias a su propia dinámica interna sino a los cientos de millones de dólares que el gobierno le insufla con los préstamos que recibe. Endeudándose con la banca financiera internacional, lo que significa un terrible costo social que lo pagaran los trabajadores y el pueblo pobre, no en un futuro lejano, sino hoy mismo y por muchas décadas.

En ese contexto, de compromiso y acuerdo con la banca financiera internacional y la burguesía argentina (las cámaras patronales), es que el gobierno de Macri-Cambiemos para avanzar ataca a los jubilados reduciéndoles las jubilaciones a pagar en los años próximos; ataca tanto los puestos de trabajo como el salario de todos los trabajadores, y en particular el salario y las conquistas de los docentes; la calidad de la salud pública, a los salarios y a los trabajadores de la salud pública. Todo esto para hacer caja y pagarles a los órganos de créditos internacionales, o sea; para seguir pagando la deuda externa con la salud, la educación y el hambre del pueblo.

Cualquier observador atento se dará cuenta que la fortaleza del Gobierno no está en los inexistentes logros de su plan económico, sino en la nulidad, o, mejor dicho, en el compromiso de gobernabilidad de todas las variantes de la “oposición” peronista, y en sus burócratas sindicales. Es que el macrismo desde que asumió se apoyó en uno u otro sector del peronismo (anti-kirchnerista, ex-kirchneristas, kirchneristas y hasta cristinistas) en diferentes momentos y logró hacer pasar todas las leyes que necesitaba. Si ahora empiezan a diferenciarse es porque ven que todo seguirá mal y se viene un año de ajuste, detrás del que se perfilan las nuevas elecciones.

Hay que decir sin rodeos; si el gobierno puede atacar hoy, a pesar de su fracaso económico, es gracias a esa “oposición” peronista que es igualmente pro-patronal, y a los burócratas sindicales -CGT y CTAs- que a estos responden.

En estos días, la CGT, después del impacto que tuvo la reforma previsional, sale a decir, por intermedio de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo (¡vaya la renovación sindical peronista!!), para salvar su maltrecho prestigio, que están en contra de la reforma laboral, pero que sí están a favor de la “reforma” de los convenios colectivos de trabajo discutiéndolos en paritarias. O sea, siguen estando a favor de la flexibilización laboral.

Al mismo tiempo los burócratas de la CGT reclaman que no haya topes en la negociación salarial de las paritarias, frente al gobierno que quiere imponer un 15 por ciento de aumento sin cláusula gatillo, o sea, sin más aumentos en el caso de que -más que seguramente- la inflación sea mayor a ese 15 por ciento. Pero estos dirigentes sindicales, que dicen estar muy preocupados por la ofensiva del macrismo contra los sindicatos, no llaman a realizar asamblea en los lugares de trabajo para discutir el tema salarial, tampoco el tema de los despidos. Todo parece indicar que quieren discutirlo entre cuatro paredes con el gobierno en las próximas reuniones paritarias.

Desde diciembre a la fecha se han despedidos a más de 2.500 estatales, entre ellos a 150 trabajadores del Hospital Posadas, donde se vio claramente la complicidad de las direcciones sindicales acordando con la dirección del hospital a quién despedir y a quién no. Sin llamar estos burócratas a la lucha, ni siquiera a una asamblea, y cuando los trabajadores despedidos, como en ATE Morón, fueron al sindicato a exigir asamblea para debatir y luchar, desde el sindicato salieron a agredirlos físicamente. Acuerdan los despidos y les pegan a los trabajadores, demostrando que la burocracia del supuesto progresismo sindical no es muy diferente a la derecha peronista en los sindicatos. E, igualmente a éstos, la salida a la situación que proponen está en esperar a las nuevas elecciones.

Siempre hay que estar en contra de los despidos y estar por el pase a planta permanente de todos los contratados (el kirchnerismo se encargó de dejar a muchos miles de trabajadores en condiciones precarias de contratación, y desde esa situación avanza Macri-cambiemos) esto para los socialistas consecuentes es por principios, pero desde el punto de la valoración social, una cosa son 50 mil despidos cuando se crearon 500 mil puestos de trabajo anuales y otra cosa son estos despidos, y los que el gobierno anuncia, con ausencia de creación de puestos de trabajo genuinos y permanentes. Así, en el fracaso del plan económico macrista los despidos son una condena al hambre seguro para la gran mayoría de los despedidos. Y en el caso de estatales es por la imposición del FMI, y de otros órganos de financieros internacionales, a los cuales el gobierno de Macri responde.

De esta situación no se sale esperando a las nuevas elecciones de incierto resultado, donde los principales candidatos no plantean nada de fondo diferente. No, nada de esperar, hay que organizarse y luchar.

*No a los despidos - Reincorporación de todos los despedidos en el Estado – Apoyemos la lucha de los trabajadores del Hospital Posadas y a los trabajadores de la metalúrgica Stockl – Pase a planta permanente de todos los contratados.

*Toma y puesta a producir de todas las fábricas que cierren o despidan, luchando por la nacionalización bajo control obrero.

*Abajo la ley previsional – Por aumento de las jubilaciones, las pensiones y la AUH.

*Por aumento de salarios que cubra el costo de la canasta familiar exijamos a la CGT y CTAs un paro nacional.

*No a la dictadura de los burócratas sindicales, nada de medidas inconsultas – Por asambleas en los establecimientos y asamblea general, en las seccionales sindicales, abierta a todos los trabajadores del gremio para discutir y elegir paritarios.

*No al pago de la deuda externa con el hambre, la salud, la educación del pueblo.

*Fuera Bullrich – Por el desmantelamiento del aparato represivo - Libertad a los presos políticos, basta de persecución y desprocesamiento de los luchadores – Por la creación de piquetes de autodefensa – Perpetua y cárcel común para Etchecolatz y todos los genocidas.

*Por un Congreso Obrero de Delegados de Base que se dote de un programa político,  que unifique las luchas y convoque a un plan de lucha hasta imponer la Huelga General para derrotar a este gobierno y su plan de hambre y represión.

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